18 marzo, 2006

El curioso incidente del perro a medianoche

No crean que he dejado de leer, pero es díficil llevar el mismo ritmo de escritura que de lectura. De hecho, tengo una larga lista de libros por reseñar, pero no los reseño porque estoy leyendo otros.
Pero de este libro vale la pena hablar. Es de esos pequeños libritos que lees en un dos por tres, y cuando das vuelta a la última página, una o dos horas después de haber leído la primera, te arrepientes de terminar de leerlo tan rápido. Me quedé con esa sensación de alegría y al mismo tiempo insatisfacción que da a veces salir bruscamente de un mundo que te atrapó y absorbió desde el principio. Es una novela diferente.

Hay que decir que, para empezar, es diferente porque su protagonista y narrador, es diferente. Christopher es un chico de 14 o 15 años que no es como cualquier chico adolescente de su edad. A Chris le cuesta mucho trabajo relacionarse con el exterior. La gente habla a veces "con metáforas" y a Chris no le gustan las metáforas, son complicadas. También habla con mentiras y a Chris no le gustan las mentiras. Los estímulos externos se le agolpan demasiado rápida y bruscamente, y no le da tiempo a procesarlos. El lo explica muy bien, al decir que es como un ordenador (pc) que se queda colgado y luego hay que dar reset para que vuelva a funcionar. Y además, no entenderse o no entender a los demás, le pone muy muy nervioso, puede llegar a ser incluso violento. Chris es un chico autista. En lo interno, funciona con una lógica apabullante. Por eso le gustan y se le facilitan mucho las matemáticas, en las que encuentra tanto respuestas como refugio (cuando algo va mal "fuera", Chris imagina números primos o eleva el no, 2 a la "n" potencia)

Chris empezó a escribir este relato porque su maestra y amiga se lo sugirió. Él quiere escribir una novela de detectives (es admirador de Sherlock Holmes), y nada mejor que comenzar su historia la noche en que encontró al perro de su vecina muerto en el jardín. Chris decidió que indagaría quien mató al perro, y durante su investigación comienzan a revelarse muchos secretos que el barrio guarda (al estilo Wisteria Lane) y que podrían afectar incluso la vida del propio Chris y que quizá descubrirlos le resultará muy díficil de manejar.

Chris vive con su padre. Su madre murió hace dos años, y Chris va a una escuela especial (donde "los niños son idiotas, aunque no pueda decir que son idiotas") pero tiene muy claro hasta donde quiere llegar. Chris hará examenes de matemáticas y física para entrar a la Universidad y está dispuesto a sacar un notable a pesar de las dudas de consejeros y otras personas de la comunidad educativa. Pero el incidente del perro, ocupará sus próximos días, y es muy probable que incluso cambie su vida.

Este libro es de esos que de verdad me entusiasman, que podría volver a leer muchas veces, sin perder la emoción. Chris es un personaje entrañable y a veces, como a todos los que somos "normales", me resultaba exasperante. Pero entrar en sus pensamientos ayuda a entender un poco más no solo a Chris, sino a nosotros, esos "normales" que andamos por la vida creyendo que tenemos la verdad y que sabemos comunicarnos. Quizá muchos descubramos los secretos del barrio mucho antes que Chris, pero aún así, el momento de la revelación para el protagonista resultará conmovedor y emocionante.

Leanlo! De verdad, aprenderán mucho de sí mismos y de este mundo que nos rodea, porque estamos tan acostumbrados a el, que verlo con nuevos ojos nos hará redescubrirlo, y quizá nos encontremos con grandes sorpresas, como le pasó a Chris.