10 octubre, 2005

¿Qué lleva la Maga en el morral?

Durante aquellos felices, despreocupados y a veces oscuros años de principios de los noventa, comencé lo que algunos llaman mi "estilo hippie", por cierto, adquirido, quién iba a decirlo, mientras estudié en la Ibero, universidad fresa por excelencia ("menos los de Comunicación", solíamos repilicar de inmediato) . Lo cierto es que el estilo era más bien ecléctico, porque una de las maravillas de esta ciudad es que cualquiera puede hacer cualquier cosa y vestirse como quiera sin necesidad de encasillamientos.
En fin, el caso es que entre los basics de aquella época estaban el escondido puti club (no es en realidad un puticlub, habrá que preguntarle a Lara y a la banda de la fac de ciencias por qué le puso así) donde servían unas jarras de cerveza igual de buenas que en la Puerta del Sol y con la ventaja de que podrás, con mayor seguridad, tomartelas sentado; los multitudinariamente visitados cafés del jarocho, las visitas al Chopo y al mercadillo de antigüedades en la Merced y el ya hace muchos años extinguido local LUCC, o Rockotitlán, cuna del mejor rock urbano.
Pues bien, compaginando mis múltiples formas de vida y estilos, un día compré un morral, de esos tejidos de muchos colores. Cosa curiosa, ese morral no fue comprado en Coyoacán, sino en San ángel, en el mercado que se monta detrás del Bazar del Sábado. Durante prácticamente todos mis años universitarios, llevé dentro de mi morral los libros que necesitaba para la escuela, más algunos libros que la mayoría de las veces compraba en las librerías de viejo de la calle de Donceles. Siempre me he preguntado cómo me cabían tantos libros en ese morral, y como mi espalda no se resentía. Nunca supe cómo me cabían los libros, pero si supe que mi espalda finalmente resintió esa estrategia caracoliana de llevar la biblioteca a cuestas. El morral se rompió y quizá por romanticismo, o por cambio de estilo o de vida, no lo volví a reemplazar con otro de iguales características.
En homenaje a ese morral que me acompañó durante tanto tiempo, que conoció tantos lugares recónditos de la ciudad de México, y que cargó innumerables libros, he aquí que hoy, diez, quince años después, se abre este espacio que contiene las lecturas, los libros, las manías de lector que suelen acompañarme, como esa de llevar múltiples cuadernitos para apuntar las citas que más me gustan, hacer listas de los libros que he leído y de los que voy a leer, y entre los que voy a leer, hacer listas de los que compraré y de los que sacaré de la biblioteca, etc, etc.
Como he dicho en alguna otra ocasión, no se pueden considerar reseñas a lo que aquí plasmaré, son simplemente comentarios, resumenes, opiniones personales, a veces solamente citas, sensaciones, sentimientos, y todo lo que rodea a cada libro que voy leyendo. No están aquí, ni mucho menos, todos los libros que he leído, me tardaría más en escribir en el blog que en leer, pero si puedo decir que muchos de los que están aquí han cambiado en algo mi forma de leer, de apreciar y de vivir la literatura.
Espero que lo disfruten.